Las fases del duelo: estrategias para afrontarlo
Las teorías sobre las etapas del duelo postulan que las personas que enfrentan pérdidas significativas —como la muerte de un ser querido o el diagnóstico de una enfermedad terminal— atraviesan una serie de reacciones emocionales que funcionan como mecanismos de adaptación ante una amenaza vital. Una de las propuestas más influyentes en esta área es la de Elisabeth Kübler-Ross, quien identificó cinco fases del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Estas fases no necesariamente ocurren de manera lineal, pueden superponerse y su duración varía según cada persona (Miaja y Morales, 2013).

A continuación, se describen estas fases junto con recomendaciones prácticas para su abordaje:
Fase 1 – Negación
Al recibir una noticia dolorosa o experimentar una pérdida súbita, es común que surja una sensación de irrealidad o desconexión emocional. Esta respuesta puede manifestarse mediante frases como: "Aún no me creo que sea verdad" o "Es como si estuviera viviendo una pesadilla". La negación actúa como un amortiguador emocional, permitiendo que la persona afronte la realidad de forma gradual.
Recomendaciones para afrontarla:
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No presionarse para "sentir" de inmediato; permita que las emociones surjan a su propio ritmo.
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Buscar información confiable sobre lo ocurrido puede ayudar a integrar cognitivamente la experiencia.
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Conversar con personas de confianza puede favorecer la validación emocional y disminuir el aislamiento.
Fase 2 – Ira
Esta etapa se caracteriza por sentimientos de frustración, enojo e impotencia, que pueden dirigirse hacia uno mismo, hacia otras personas, o incluso hacia la persona fallecida. En algunos casos, el doliente puede quedar atrapado en una búsqueda constante de culpables, lo que dificulta avanzar en el proceso de duelo.
Recomendaciones para afrontarla:
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Reconocer que la ira es una emoción válida en contextos de pérdida.
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Canalizar la energía emocional mediante la escritura, el ejercicio o actividades creativas.
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Buscar espacios terapéuticos donde sea posible explorar la rabia sin juicios ni censura.
Fase 3 – Negociación
Durante esta fase, la persona comienza a considerar "lo que pudo haberse hecho diferente", lo que puede desembocar en remordimiento o culpa. En contextos espirituales o religiosos, esta etapa puede incluir intentos de "negociar" con una fuerza superior.
Recomendaciones para afrontarla:
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Reconocer los límites personales y situacionales; no todo estaba bajo su control.
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Si hay culpa persistente, trabajarla con acompañamiento terapéutico puede ser útil para resignificar la experiencia.
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Practicar la autocompasión y el perdón hacia uno mismo.
Fase 4 – Dolor emocional
A medida que se asimila la realidad de la pérdida, emergen sentimientos profundos de tristeza, vacío e incluso desesperanza. Pueden aparecer pensamientos negativos, aislamiento social y deseos de desconectarse de la vida cotidiana.
Recomendaciones para afrontarla:
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Mantener rutinas básicas (alimentación, sueño, actividad física) ayuda a sostener la salud mental.
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Permitir el llanto y otras expresiones del dolor sin censura.
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Buscar apoyo emocional en redes cercanas o profesionales especializados en duelo.
Fase 5 – Aceptación
La aceptación no implica estar "de acuerdo" con la pérdida, sino comprender emocional y racionalmente que es un hecho irreversible. En esta fase, las personas suelen encontrar nuevas formas de relacionarse con la ausencia, a través de rituales, recuerdos significativos o el establecimiento de nuevas metas vitales.
Recomendaciones para afrontarla:
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Participar en ceremonias, homenajes u otras prácticas simbólicas puede ayudar a resignificar la pérdida.
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Explorar actividades con sentido personal, como el voluntariado o proyectos creativos, puede favorecer la reconstrucción del propósito vital.
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Permitir la coexistencia del recuerdo con una vida en movimiento; no se trata de "superar" al ser querido, sino de integrar su memoria en la experiencia vital.
Reflexión final
El duelo es un proceso profundamente humano y singular. Aunque las fases descritas por Kübler-Ross ofrecen una guía comprensiva para entenderlo, no deben tomarse como una fórmula rígida. Cada persona vive el duelo a su manera, influida por sus vínculos, creencias, recursos emocionales y circunstancias del entorno.
Contar con una red de apoyo afectivo, permitir la expresión emocional y, cuando sea necesario, buscar acompañamiento profesional, son elementos clave para transitar este proceso con mayor conciencia y cuidado.
Bibliografía
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Meza, E., García, S., Torres, A., Castillo, L., Sauri, S., & Martínez, B. (2008). El proceso del duelo: un mecanismo humano para el manejo de las pérdidas humanas. Revista de Especialidades Médico Quirúrgicas, 13(1), 28-31.
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Miaja, M. & Morales, J. (2013). El significado psicológico de las cinco fases del duelo propuestas por Kübler-Ross mediante redes semánticas naturales. Psicooncología, 10(1), 109-130.